La nueva Reforma Protestante. Legado de “Sal y Luz”. Iniciada en 1517, dejó un inigualable aporte y legado histórico. Impulsando a los creyentes a cumplir su misión de ser “sal y luz” dentro de una sociedad llena de vicios, engaños, intrigas, envidias y vicisitudes. Pero no olvidemos que Dios es especialista en cosas que el ser humano no puede hacer, por ello no se puede perder la fe.
Cuando nos consideramos seguidores y creyentes de Jesucristo (discípulos), tratamos de ser fiel a los mandatos, órdenes y responsabilidades que ello implica. Por ello celebramos la reforma emanada en el siglo 16. Esto por supuesto dando testimonio y cumpliendo con la misión encomendada por Dios.
El pasaje de Mateo tiene las respuestas
El pasaje de Mateo, capítulo 5, mencionado en la biblia, trae a la palestra la definición de quienes son los discípulos, las bienaventuranzas y porque aquellos seguidores de Jesucristo eran felices a pesar de las adversidades. Demostrando así su motivación, que iba más allá de lo material, cosas temporales o efímeras.
Para algunos esto puede representar una paradoja o algo confuso. Ya que los seguidores de Jesús eran felices, pero lloraban, eran afligidos, tenían hambre y sed de justicia, en más de una ocasión los calumniaron, además de que fueron perseguidos, como los antiguos profetas que hablaron en nombre de Dios. Pero evidentemente con el pasar del tiempo obtuvieron admiración, gozo y galardón, porque sufrieron en nombre de Cristo y su evangelio.
Pero Jesucristo tenía la clave para mitigar esas penas, que todo creyente debe de saber y poner en práctica, y es ser “Sal y Luz”. En la cual no se hablaba de un tipo de sal o de un tipo de luz, más bien se refiere a la responsabilidad individual de cada creyente.
La nueva Reforma Protestante deja un legado de “Sal y Luz”
Observando a la sociedad después de quinientos años, luego de la reforma de Martín Lutero. Podemos notar que la actual sociedad se encuentra llena de vicios, algo podrida y oscura. Donde no se pueden encontrar rastros de moralidad. La sociedad actual se caracteriza entonces por el secularismo, ya que muchos necesitan pruebas y hechos, antes de confiar en las creencias religiosas y en Dios.
A pesar de que en la actualidad existe un gran número de creyentes, lo relevante es que estos se encuentran viviendo una lucha entre el corazón, la mente de sus hijos y el núcleo familiar que se encuentra en una constante rebelión por ideologías externas.
Además, podemos observar a las elites, los intelectuales, eruditos, medios de comunicación, redes sociales o influencers que profesan ideas de que la homosexualidad es una estilo de vida alternativo. Que el género es una construcción social y la unión entre personas del mismo sexo son relaciones normales.
Esta sociedad oscura solo rinde pleitesías al placer, la inmoralidad, lo irracional. Atentando contra la vida de los no nacidos y la muerte de las personas de la tercera edad, por asumirlos como una carga o molestia.
¿Cómo ser “Sal y Luz” en esta sociedad?
Ante este panorama oscuro, se deben de tomar medidas radicales y positivas. Por eso se tiene que impedir que el mundo imponga su propia agenda y cambie la forma de pensar. En este sentido, el principio de la reforma luterana será siempre un pilar en el que se sostienen los principios y doctrinas que todo creyente debe profesar. Esto siempre por encima de las tradiciones mundanas o influencia de la sociedad.
Estos principios pueden ayudar a los creyentes a mantenerse como “sal y luz”. Defendiendo la fe en medio de ideas equivocadas de valores y baja moralidad, cosa que a la larga afectará aún más al mundo.
Cuando tenemos presente el movimiento que afecto a Europa en el siglo 16, los seguidores de Jesús están completamente dispuestos a tener otra forma de pensar y a tener una mejor aptitud. De esta forma pueden mantener una conducta ética que sea ejemplo a otros, tanto dentro de la familia, escuela o trabajo.
Que La nueva Reforma Protestante sea responsable de transmitir enseñanza
El creyente en Jesús es responsable de transmitir, enseñanza, predicar y educar a las generaciones presentes y futuras. Esto debido a que los jóvenes se tendrán que enfrentar a desafíos mayores en relación con la fe.
Por ello se tiene que dirigir la vida al servicio de los demás. Dejando de lado caprichos teológicos y egoístas, de esta manera los creyentes podrán dar testimonio de su fe imitando las acciones realizadas por Jesús.
San Pablo, Filipenses, capítulo 2: 5-11, no se aferró a la naturaleza divina. Más bien cambió su estado y se hizo hombre y de esa forma pudo convivir entre los mortales, realizando el servicio y la entrega.
Para ser “Sal y Luz” dentro de una sociedad llena de vicios, promovido por ideologías contrarias al orden divino, la mentira, falsedad, discriminación, odio y resentimiento. Se tiene que demostrar que se es diferente tanto en palabra y pensamiento, profesando amor en todos los actos.
Para esto el necesario que se cumpla con la responsabilidad de predicar y dar testimonio de lo que se cree y se profesa. Ya que se tiene que estar comprometido a cumplir a cabalidad con la misión de Jesús en la tierra. Esto se puede hacer, llevando la palabra a otros.
Se tiene que estar dispuesto a sufrir y a experimentar situaciones desagradables, pero teniendo la fe de que se recibirá el gozo, porque estas acciones glorifican a Dios. Se debe cumplir con el legado de la Reforma Protestante, viendo la vida en función de una eternidad, sin tener pretenciones y luchando de lado de la verdad, la vida y Dios.
Autor: El autor es periodista, reside en Santo Domingo Este.
