Los cánticos navideños remontan sus orígenes a los siglos XV y XVIII en la antigua España, y actualmente difunden el espíritu festivo de la época, la integración familiar y la historia del nacimiento de Jesús.
Sin embargo, sus breves composiciones no siempre contaban este tipo de relatos, por el contrario, eran sucesos locales, encuentros amorosos, labores del campo e, incluso, lamentos por la ausencia de seres queridos, según describe “El gran libro de los villancicos”, citado en una serie de reportajes del National Geographic.
Sin embargo, sus breves composiciones no siempre contaban este tipo de relatos, por el contrario, eran sucesos locales, encuentros amorosos, labores del campo e, incluso, lamentos por la ausencia de seres queridos, según describe “El gran libro de los villancicos”, citado en una serie de reportajes del National Geographic.
Durante la Edad Media y el Renacimiento, la iglesia adoptó esta herramienta de transmisión de información para despertar el interés de feligreses y no tardó mucho en surtir éxito, por lo que la jerarquía eclesiástica comenzó a permitir que los villancicos de temática religiosa se fueran interpretando, poco a poco, en las liturgias.
Estos antecedentes tejieron el lazo que conectaría desde entonces y hasta ahora a lo que comenzó como una expresión de los pueblos en una tradición de su gente.
Precisamente, de su connotación popular se desprende su nombre; villancico de “villano”, que significa persona de villa o aldea, quienes justamente eran los que cantaban las composiciones que posteriormente se extenderían por el mundo a través de los misioneros de la expansión española para evangelizar territorios.
Los primeros de muchos
De acuerdo con algunos artículos, Iesus Refulsit Omnium (Jesús, luz de todas las naciones), de San Hilario de Poitiers, y Veni, Redemptor Gentium (Ven, redentor de la tierra), de San Ambrosio, obispo de Milán, son de los más antiguos villancicos, pero también compite por ese sitial Tu Scendi Dalle Stelle (Tú desciendes de las estrellas), escrito en el siglo XVII.
Los cánticos tuvieron un importante despegue a principios del siglo XIX, con la alemana Noche de paz (Stille Nacht! Heilige Nacht), Marimorena, y en el siglo XX, Los peces en el río y Campana sobre campana.
Los más famosos
Aunque existe disparidad para establecer el punto exacto de la historia en la que se cantó el primer villancico, quién y sobre qué, donde si se alinean las evidencias es en que si alguien dice “con mi burrito sabanero”, las posibilidades son altas de que otra persona le responda “voy camino de Belén”.
Algunas de estas composiciones han sido relevantes, como Noche de Paz que hasta fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en 2011, la canción ha sido traducida a 300 idiomas.
También Blanca Navidad, Mi burrito sabanero, Campana sobre campaña, Al mundo paz, Los peces en el río, entre otros.
Fuente: Listín Diario